Calle de los Libreros

La calle de los Libreros, antes calle de la Justa y calle del Pozo (nombre que figura en el plano de Teixeira de 1656),[1]​ es una calle de Madrid que une la calle de la Estrella con la Gran Vía, tras cuya construcción, recibió el nombre actual, sugerido por el escritor vasco Pío Baroja,[2]​ en razón del gremio reunido en esa calle para la venta de libros viejos.[3]​ Su nombre más antiguo conocido, el de calle del Pozo, y el posterior como calle de la Justa provienen al parecer de la existencia un pozo del que salieron dos legendarios basiliscos que mataron con su mirada a una joven llamada Justa.[4]​ Entre 1893 y 1930, se llamó calle de Ceres.[5]​ Desde finales del siglo XIX, se instalaron en su tramo sobreviviente librerías de segunda mano para estudiantes, que llegarían a hacerse muy populares con los nombres de sus libreras, siendo las más conocidas La Marcelina, La Pepita o La Felipa La Felipa.[6]​ Isabel Gea menciona también la existencia de un foco de prostitución en la zona al inicio del siglo XX,[7]​ que con el tiempo se fue trasladando a las calles aledañas a la Red de San Luis (Ballesta, Jacometrezo, Montera, Valverde, etc.).