Calçotada

Su origen se atribuye a la ciudad de Valls, en la comarca tarragonesa del Alto Campo,[1]​ pero gracias a su carácter de comida comunitaria se ha ido extendiendo, y actualmente se degusta en toda la comunidad autónoma.

Las calçotades suelen celebrarse entre mediados de enero hasta abril aproximadamente, pues es durante estos meses cuando se cosecha el calçot, su ingrediente principal.

Asimismo, la temporada de calçots supone un motivo de reunión con familiares y amigos en torres, casas rurales y espacios habilitados para hacer brasa.

Las brasas obtenidas se aprovechan para asar la carne que se sirve en el segundo plato, tradicionalmente carne de cordero y butifarra.

Se consumen con las manos, desprendiendo la capa carbonizada y sumergiendo cada calçot en una salsa especial, la salvitxada, similar a la salsa romesco.