Conducido por tripulación británica, cruzó el Océano Atlántico a vela con las máquinas desarmadas en bodega, las que debido a las malas condiciones de almacenamiento debieron ser reparadas en el Riachuelo.
Tras un viaje por el río Paraná y por el Uruguay, en febrero se aprobó su arrendamiento por tres años a Luis Cerro para la carrera entre Buenos Aires y San Nicolás de los Arroyos, pero el recrudecimiento del conflicto con la Confederación Argentina llevó al gobierno provincial a suspender la medida.
La fuga del mercante Pampero cuya vigilancia era responsabilidad del Buenos Aires provocó la caída de Bértora, que tras el mando accidental de Morris, fue reemplazado por el capitán Guillermo Laurence.
Tras la derrota en la batalla de Cepeda (1859) regresó a su apostadero en Buenos Aires, siendo arrendado en diciembre de 1860 y seguidamente vendido a Esteban Señorans en m$c 202.000.
Según los historiadores navales Arguindeguy y Rodríguez es factible que se trate del Buenos Aires (1862) y que haya pasado en algún momento al servicio de la Confederación, capturado luego por Buenos Aires e incorporado finalmente a la Armada Argentina actuando como transporte en la Guerra del Paraguay.