Budismo en Italia

Tras esta fecha, inician a verificarse verdaderas y esenciales “conversiones” al budismo en Occidente.

La tercera fase del budismo occidental, se produce con el nacimiento de las propias comunidades, que comienza después de la primera guerra mundial, y se caracteriza por el contacto, cada vez más frecuente, con maestros orientales.

Estos actos literarios y cinematográficos —junto a la notoriedad de Tenzin Gyatso— han favorecido también, con seguridad, la difusión del budismo en Italia.

[5]​[6]​ La evolución del budismo en Italia ha sido también posible gracias a la coordinación entre los diferentes centros budistas de las diversas tradiciones existentes en Italia, que han sentido la necesidad de unirse y cooperar, promoviendo el diálogo interreligioso, el encuentro con las instituciones culturales, y la actividad didáctica del budismo.

A través de los años, han nacido diferentes templos budista en las ciudades italianas más importantes, y han sido fundados diferentes monasterios y centros de meditación: entre los más importantes, los centros de Roma, donde se encuentra el Centro Soto Zen Tradicional “l'Arco”, diversos Centros Zen Rinzai asociados al Centro de Engaku Taino, y la Asociación laica A.Me.Co, fundada y dirigida por el enseñante laico Corrado Pensa; Milán, donde tiene su sede el Centro Zen Ensoji Il Cerchio, fundado y dirigido por el maestro sōtō Carlo Zendo Tetsugen Serra; Scaramuccia, localidad de Orvieto, donde se encuentra el monasterio del maestro zen Rinzai Engaku Taino; y Pomaia, donde el budismo tibetano posee uno de los más grandes centros dentro del territorio nacional, el Instituto Lama Tzong Khapa.

Pagoda della Pace a Comiso