[2] Su conocimiento sobre la asimetría del carbono contribuyó a los avances de la Química orgánica.
[6] A temprana edad se trasladó a Zaragoza para estudiar en el instituto Provincial, entre 1853 y 1859, donde comenzó a destacar en sus estudios obteniendo el premio extraordinario, una medalla de oro y el reconocimiento de sus profesores por su inteligencia y las bondades de su corazón.
[7] Comenzó su actividad docente en diferentes colegios e institutos de El Escorial, Sevilla y Málaga.
Amplió sus conocimientos en los idiomas inglés y alemán, obteniendo un dominio en ambas lenguas que le acompañaría en sus investigaciones con otros científicos extranjeros.
[12][nota 2] Viajó a Dinamarca para visitar al Emil Christian Hansen en el laboratorio de Carlsberg en Copenhague y conocer los descubrimientos científicos sobre la fermentación alcohólica que se estaban realizando en este laboratorio de reconocido prestigio internacional.
[13][14][15] Entre sus discípulos destacan Felipe Lavilla Lloréns, Rafael Luna Nogueras, Antonio de Gregorio Rocasolano y Moneva Puyol.
[4] Así como los artículos publicados en la prensa local para poner sus investigaciones al alcance de todo el mundo.
[29] Fue tanta su implicación en la construcción del edificio que se le atribuyen a él y a Hilarión Gimeno Fernández-Vizarra la ornamentación del edificio basada en símbolos de las ciencias y de las artes.
[26] En las actas de aquella época se comprueba su implicación y dedicación hacia esta institución.
Su amplio conocimiento científico era acompañado de erudición latina, histórica, filosófica y literaria.
Como lo describió Juan Moneva y Puyol en su libro Memorias: «Sentimental siempre, romántico perfecto».
[39] Son múltiples las muestras de afecto que le dedican amigos y discípulos por su fallecimiento.