Antonio de Gregorio Rocasolano

Completó su formación en 1893 con un curso de Microbiología impartido por Émile Duclaux en París,[3]​ doctorándose en Madrid en 1897.[12]​ En 1939 se crea el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) para sustituir a la Junta para Ampliación de Estudios e Investigaciones Científicas (JAE), y Rocasolano es nombrado vicepresidente en 1940.[13]​ El Instituto de Química-Física del CSIC, sucesor del Instituto fundado en 1932 gracias al apoyo económico de la Fundación Rockefeller y que fuera centro científico español puntero hasta la Guerra Civil, fue renombrado y se conocía hasta 2023 como “Instituto Rocasolano”, cuando se cambió su denominación a Instituto Química Física Blas Cabrera, (IQF) para cumplir con la Ley de Memoria Democrática.[18]​[19]​ También lanzó ataques contra la JAE, que se centraban en la falta de apoyos al laboratorio que fundara en Zaragoza, al carácter no directamente aplicativo de la investigación («poco aprovechable para la industria nacional o para la producción del campo») y, finalmente, al tópico de que la JAE «desarticula nuestra propia cultura, atacándola en su base religiosa».[21]​ Escribió, entre otras obras, Estudios químico físicos sobre la materia viva (2ª ed, 1917)[22]​ y Aportaciones bioquímicas al problema agrícola del nitrógeno (tres volúmenes, 1933-1939).
Caricaturizado por Bagaría en El Sol (1928)
"Edificio Rockefeller", sede actual del Instituto de Química-Física Rocasolano del CSIC, Madrid, España. Inaugurado en 1932 para albergar el Instituto Nacional de Física y Química, dirigido por Blas Cabrera.