La cola es peluda a partir de su misma base y lleva en su extremo un gran mechón.
Los machos, que son más grandes que las hembras (estas solo alcanzan la mitad del tamaño de los machos), pueden llegar a los 2 metros de altura en la cruz —la cual aparece tan elevada debido a un alargamiento de la apófisis espinosas, que la cabeza parece empezar desde una posición más baja— y pesar hasta 1000 kilos.
[4] Se han encontrado fósiles de lo que parece ser parientes próximos del yak, como el Bos baikalensis, en Rusia oriental, sugiriendo una posible ruta por la que ancestros de bisonte americano similares al yak podrían haber entrado en el continente americano.
[5] Relaciones de miembros del género Bos basadas en genomas nucleares según Sinding, et al.
El yak permanece en los lugares que ofrezcan buenos pastos, frecuenta las zonas de hierbas y líquenes; si estos escasean, inmediatamente emigran hacia otro lugar.
Su buen sentido del olfato les permite encontrar siempre los lugares más adecuados.
Para encontrarse a gusto necesita agua y le agrada además bañarse.
Los yaks se apelotonan unos contra otros durante los temporales de nieve, girando su parte trasera hacia el viento.
Los machos luchan entonces entre sí con fuerza, de forma que en no pocas ocasiones se lesionan gravemente.
Estos últimos son bastante más pequeños que sus antepasados silvestres, tienen cuernos más cortos e incluso muchos yaks domésticos carecen de ellos y el color del pelo puede ser negro, pardo, castaño, blanquecino e incluso manchado de varios colores.
[9] Los excrementos secos son utilizados como combustible,[10] muy apreciado en las zonas pobres en maderas debido a la gran altitud,[11] el yak es un animal muy apreciado por ello en el Tíbet, donde las familias adornan a sus animales con cintas tanto para diferenciarlos de los demás como por simples motivos estéticos.
Esto da lugar al dzo macho infértil མཛོ། así como hembras fértiles conocidas como dzomo o zhom མཛོ་མོ།, que pueden volver a cruzarse con ganado vacuno.
[16] En la literatura china se han registrado cruces entre yaks y ganado doméstico (Bos primigenius taurus) durante al menos 2.000 años.
Los yaks han generado interés fuera del Himalaya para ganadería comercial y también en criadores.