Bonifacio murió en 1317/1318, dejando a su yerno, el vicario general catalán Alfonso Fadrique, como el principal heredero de sus extensos dominios.[3] Ahí se convirtió en amigo y compañero cercano del joven duque, Guido II de la Roche.[7] Además, el duque estipuló que, en el caso de su muerte prematura, Bonifacio se convertiría en regente del ducado.[1][8] Dos años después, Bonifacio volvió su atención a su isla natal de Eubea.[10] Bonifacio había conseguido rápidos éxitos y, para el final del año, consiguió no solo recuperar Caristo, sino también expulsar por completo a los bizantinos de la isla.[13] Al mismo tiempo, sin embargo, la República de Venecia hizo cada vez más sentir su presencia en la isla a través de su colonia en Calcis y mediante la creciente influencia del representante local veneciano, el bailío.Gualterio ahora se involucraba en un conflicto contra Juan II Ducas, quien se había vuelto contra el tutelaje franco y, buscando hacerse independiente, unió sus fuerzas con Epiro y los bizantinos.[31][32] Estos se enfrentaban entonces a la tarea de gobernar los territorios recién adquiridos.Careciendo de un líder de suficiente prestigio social, en un primer momento se dirigieron a Bonifacio, quien entonces era el más importante noble franco sobreviviente en todo el norte de Grecia, y al que estimaban mucho; Muntaner lo describe como «el noble más sabio y cortés que jamás había nacido».[33][34] En consecuencia, los catalanes escogieron como dirigente a otro señor cautivo franco, Roger Desllor.[1] En ese mismo año, el nuevo vicario general catalán, Alfonso Fadrique, llegó a Grecia.