Bomba termobárica

El efecto antipersona de la onda explosiva es más letal en refugios excavados en el suelo, sobre personas con algún tipo de armadura o protección corporal y en espacios cerrados "rígidos", como cuevas, edificios y búnkeres.

Este vacío es capaz de arrancar objetos que no estén sujetos.

Sin embargo, como efecto más serio, el vacío arrastra el combustible no explosionado pero aún en combustión, causando una penetración del mismo en todos los objetos no herméticos dentro del radio de la explosión y produciendo su incineración instantánea.

Sin embargo el daño significativo ejercido por cualquiera de estas armas sobre la población objetivo es grande.

Otros efectos similares se observaron en el bombardeo de Dresde en la Segunda Guerra Mundial.

Israel ha desarrollado un sistema aire-combustible dirigido a la desactivación de campos minados.

[6]​ El explosivo termobárico usado en esta arma, PBXIH-135 o una variante, fue desarrollado en el Naval Surface Warfare Center (NSWC).

La granada se diseñó para utilizarse en poco tiempo por escuadrones terrestres que estaban desplegados en el campo de batalla.

[11]​ El ministro de Defensa, Narcís Serra (en 1990) no descartó que España pudiera poseer una bomba explosiva aire-combustible (BEAC).

Según informaciones periodísticas[12]​ los prototipos desarrollados habrían sido probados en una zona desértica de un tercer país (en Chile).

Todavía está en duda cuantas unidades podría tener España pero algunos generales del ejército creen que entre 30 y 80.

El aluminio mejora la capacidad detonante del TNT, en torno al 18 % y destruye todo en un radio de 1 km.

Efectos de un explosivo aire-combustible en un buque de la Armada estadounidense , 1972.