Tienen diferentes formas, pueden ser dulces o salados, con y sin relleno.
Fueron originalmente introducidos por las corrientes migratorias europeas que llegaron al país.
Se suman a estos clásicos, una larga lista de variedades, entre ellas: No precisamente considerado un bizcocho, pero emparentada con el cruasán, se encuentra la medialuna.
Pudiendo ser salada o dulce (si dulce, con fina cubierta de caramelo por encima), las medialunas son de gran tamaño (variable) y pueden ser consumidas solas o rellenas, a manera de sándwich, generalmente con jamón y queso pero siendo pasible de todas las variantes que la imaginación del consumidor le pueda aportar.
Se adquieren en panaderías y su venta es al peso.