El primer registro documental de la biblioteca precede a la construcción del propio edificio y se remonta a 1581, año en el que Achille Stazio (Aquiles Estaço), mediante un testamento en favor de Felipe Neri y de la Congregación del Oratorio, dejó un patrimonio de 1.700 volúmenes impresos y aproximadamente 300 manuscritos.A este primer legado de libros se añadió poco después un segundo, compuesto por las obras propiedad del propio Felipe Neri, que pasaron al patrimonio de la Congregación a su muerte en 1595.En 1669, pasó a la Biblioteca el fondo manuscrito del intelectual griego Leone Allacci, custodio de la Biblioteca Vaticana, compuesta por aproximadamente 237 manuscritos latinos y griegos.[1] [2][3][4] La Biblioteca Vallicelliana es hoy un instituto periférico del Ministerio de Cultura.[4] Las adquisiciones modernas son cuantitativamente de menor tamaño que las antiguas, consisten en monografías y publicaciones periódicas, y se caracterizan todas por ser instrumentos de análisis en profundidad, actualización y apoyo del fondo histórico del Instituto.
Artesonado en una fotografía histórica de Henry A. Millon