República Romana (1798-1799)
Pero esta en concreto, con su creación, fue la primera ocasión en que los Estados Pontificios eran disueltos y el poder temporal de los papas quedaba desmantelado, aunque por corto tiempo.[1] El norte de los Estados Pontificios (Ferrara, Bolonia, Ravenna) había quedado bajo control francés (siendo integrados estos territorios en la nueva República Cisalpina).Posteriormente fue trasladado como prisionero a Francia, con lo que quedó proclamada la República Romana.Un año después moriría Pío VI, dejando vacante la sede pontificia.Esta actuación supuso el primer intento por parte de un estado para destruir el poder político del papado, como testimonió el propio Berthier, que declaró entonces: "Toda autoridad temporal que emane del antiguo gobierno del Papa ha de ser suprimida y éste no ha de volver a ejercer ninguna función semejante".