Sin embargo, otras fuentes niegan que haya fundamento histórico para estas afirmaciones.
Si los hilos son de lino, la superficie es rugosa y el tacto es algo más áspero que el algodón.
Naturalmente, se emplean mezclas de hilos de poliéster con lino o algodón para conseguir tejidos que no se arruguen, aunque con tendencia al frisado.
Se emplea principalmente en la confección de ropas finas (camisas, pañuelos, etc.), lencería y bordados.
En prendas sueltas mantiene la forma; no se recomienda para prendas ajustadas ya que se trata de un tejido débil y las costuras tienden a desgarrarse.