El ejército de don Juan se atrincheró a una legua del enemigo, preparándose para la ofensiva.
Se dispusieron cuatro ataques: Condé cayó sobre el sector a cargo del mariscal de la Ferté con tal sorpresa y vigor que destrozó la resistencia francesa.
Juan José de Austria destacó por su valiente actuación, liderando una brillante carga sobre el campamento francés.
Turena rechazó un falso ataque de 4000 españoles sobre su campamento y acudió en ayuda de la Ferté, pero fue inútil, por lo que se vio obligado a levantar el sitio y huir precipitadamente a Quesnoy, donde reorganizó sus fuerzas.
Sin embargo, los franceses supieron reaccionar, y, conscientes de su superioridad, no se dejaron amilanar.