El prefecto del Departamento de Litoral, Severino Zapata, se retiró de Antofagasta junto con todas las autoridades y personal a Calama, en donde los hacendados y peones ya estaban armándose, pues sabían que los chilenos atravesarían el desierto para romper la resistencia boliviana.El forense Ladislao Cabrera, tomó el mando de las fuerzas civiles que se prepararon a defender Calama (130 hombres).Las tropas bolivianas, organizadas en tres sectores, constituidas por 130 hombres, todos ellos civiles más dos militares retirados, reunieron cuanta arma blanca y de fuego estuvo a su alcance.Tras este combate, las tropas bolivianas ocupan San Pedro de Atacama y se alistan para el asalto reivindicatorio a Calama.La seguidilla de conspiraciones en el alto mando boliviano y el miedo del presidente Hilarión Daza Groselle a que Campero le quitara aceptación popular y sus aliados, provocó que el presidente ordenara abortar la misión de la V División y su repliegue hasta Oruro a la espera de recibir nuevas órdenes.