Como medida de precaución ante el posible avance de la V División boliviana o "División Fantasma", al mando de Narciso Campero, el comandante José María Soto a cargo de la guarnición chilena en la "Línea del Loa", envía patrullas para prevenir cualquier ataque boliviano desde el interior, aunque se sabía que era prácticamente imposible, debido a la pobreza de recursos para trasladar una división por los vericuetos montañosos, y lo dificultoso del terreno.
Después de una descarga que hicieron a mi partida a boca de jarro como dicen y en la que solo consiguieron matar una muía y herir levemente a un cazador, éstos se les fueron sobre las trincheras y a bala y sable dejaron cinco muertos en el campo, porque los demás volvieron pronto la espalda [...) Para inutilizar el charqui [...] se le pegó fuego al cuartel, pero como desgraciadamente soplaba un fuerte viento, el fuego se propagó, sin poderlo evitar, hasta que concluyó con los 12 o 15 ranchos que ahí había.» (A.M.
El día 6 de septiembre los bolivianos capturan al arriero chileno Francisco Vilches, el que logra huir gracias al socorro de una lugareña.
Vilches da aviso al subdelegado chileno de San Pedro, Ignacio Toro, quien sale en demanda del enemigo junto a los cazadores.
Con este encuentro se logró neutralizar el poder de los hacendados locales que eran hostiles a la ocupación chilena.