Tras una rápida acción, una columna acorraló sorpresivamente al capitán Castillo, a quien lo ultimaron.
Luego otra columna se dirigió hacia el sargento mayor Caballero, pero este ya estaba alertado del movimiento enemigo y organizó brillantemente a sus unidades, que rechazaron sucesivas cargas enemigas y las obligaron a replegarse varios centenares de metros.
De pronto aparecieron varios regimientos brasileños por la retaguardia, rodeando por completo a las fuerzas paraguayas.
El enfrentamiento duró unas tres horas, las fuerzas paraguayas dejaron el campo unos 400 muertos y 140 prisioneros.
Según las fuentes brasileñas, mencionan 600 muertos y 150 prisioneros entre las fuerzas paraguayas.