Sus aliados mexicanos huyeron con grandes pérdidas, esto al intentar asaltar por sorpresa amparados en la oscuridad la hacienda de Santa Isabel, Briand no calculó que los mexicanos estarían tan bien armados y en gran número por lo que fueron rechazados en tres ocasiones y en la desordenada retirada que se produjo después del tercer asalto los mexicanos aniquilaron a la fuerza francesa al rodearlos completamente.
Sin embargo, pocos días después, los jefes imperialistas Máximo Campos y Francisco Treviño, con una fuerza considerable, regresaron para atacar.
En Parras dejó una compañía de 80 hombres al mando del teniente Bastidon.
Estos últimos ocuparon la hacienda y descansaron durante una hora antes de continuar.
Según el testimonio de un sargento mayor imperialista capturado, de Brian y sus hombres habían visto dos fogatas y recibido fuego: fue entonces que el comandante dividió sus tropas y se dispuso al ataque, pero al oír la trompeta los disparos republicanos se interrumpieron por lo que, pensando que los republicanos habían huido, la columna imperialista avanzó.
La caballería imperialista buscó flanquear por la izquierda a los republicanos, mientras que la infantería hacía lo propio por la derecha.
Del destacamento francés fueron capturados un oficial y 68 hombres, 28 de los cuales estaban heridos.
Entre los muertos en combate estaba el propio de Brian, así como los capitanes Cazes, Ravix y Moulinier.