En tres meses estaba lista, formada por 250 hombres con 4 cañones, embarcándose en dos naves en el Callao bajo la supervisión personal de Toledo.
Estaban a las órdenes del general Avendaño y el capitán Juan Ortiz de Zárate.
Los supervivientes se ocultaron en los carrizales y sabedores del camino, lograron volver a Angol.
La columna llegó a Angol, donde se les sumaron refuerzos procedentes por mar desde Valdivia, dirigidos por los capitanes Ramiro Yáñez y Gaspar de la Barrera.
Los españoles pasaron a Purén, donde construyeron un campamento protegiendo sus flancos con barrancos y su retaguardia con el río.
[10] Con su primera carga, los españoles hicieron retroceder a los mapuches, pero éstos se reorganizaron en gran número y muy animados.
[12] Esta fue la primera batalla en que los mapuches usaron guerreros montados, aunque no unidades de caballería propiamente dichas, las que debutaron en los combates de Catiray y Marigüeño en 1577[13] (estos animales, junto con los cerdos, vacas y ovejas, cambiaron permanentemente a la cultura indígena).
Para cuando volvió a Concepción había comprendido que estaba superado por las circunstancias y escribió una carta al rey pidiendo su reemplazo.
El capitán Pedro Pantoja, jefe de la guarnición, salió a enfrentarlos pero una estratagema para que la villa quedara vulnerable.