La captura de Eniwetok proveería un aeródromo y puerto a los americanos para los futuros ataques sobre las Marianas.
La fuerza al mando del general Nishida comenzó a construir defensas en la isla, pero los continuos ataques aéreos estadounidenses dificultaron la tarea.
La baja resistencia del enemigo permitió a los marines ocupar la isla y declararla segura a las 14:50 horas, aunque las tareas de limpieza continuaron durante el día siguiente.
Sin embargo, los japoneses se habían atrincherado y concentrado sus fuerzas en la zona suroeste para poder contraatacar el flanco estadounidense, forzando a los americanos a avanzar durante la noche.
Tras la batalla, el atolón fue empleado como base militar por la Armada de los Estados Unidos para posteriores operaciones.