La Ligera respondió al fuego enemigo dejándole con graves averías en la sala de máquinas con 10 disparos.
Tras varias escaramuzas sin relevancia, y al ver los estadounidenses que el bloqueo duraba demasiado, decidieron atacar frontalmente.
Las lanchas españolas se retiraron y buscaron refugio en las zonas de menor profundidad, donde los buques estadounidenses no podían llegar.
Tras dos horas y media de combate, el Wilmington se retiró con dos impactos, seguido del Hudson, con cuatro impactos, que remolcaba al Winslow, con las máquinas inutilizadas y graves averías, que obligaron a la Armada estadounidense a darle de baja.
En todas las publicaciones estadounidenses este combate es descrito como una batalla contra poderosas baterías ocultas.