Batalla de Baecula

Fue la primera gran batalla de Escipión después que tomara el mando del ejército en la península ibérica.

En 237 a. C. Amílcar Barca desembarcó en Gades (Cádiz) bajo iniciativa propia y contra la voluntad del Sufete (Senado cartaginés),[8]​[9]​ fundando sin consultar la colonia de Akra Leuké (Alicante).

[12]​ Enriqueció a su tierra natal enviando grandes cantidades de caballos, armas, mercenarios y dinero.

Al parecer, Amílcar habría organizado este reino, que ocupaba la Turdetania y el Levante.

[19]​ Debe mencionarse que producto de las guerras sicilianas, desde inicios del siglo IV a. C., los púnicos estaban muy helenizados, especialmente su panteón religioso.

[27]​ Esto explica por qué ambos fueron elegidos comandantes del ejército púnico en Hispania por los soldados, principalmente nativos, y luego ratificados por el Sufete.

[19]​ Pero esta no es una opinión unánime entre los historiadores, ya que algunos creen que en realidad, los Bárcidas seguían una política orquestada por el Sufete de expandirse por la cuenca del Betis (Guadalquivir) y la costa desde el cabo de la Nao.

Cuando desembarcó en la península el joven procónsul[nota 2]​ Publio Cornelio Escipión ningún ejército cartaginés estaba cerca de Qart Hadasht,[32]​ lo que aprovechó para tomarla en 209 a. C. y renombrarla Cartago Nova.

Casi mil quinientos objetos encontrados relacionados con impedimenta militar de ambos ejércitos avalan estas conclusiones.

Por otro lado, Alicia María Canto (UAM), cuestiona desde 2004 dicha localización por diferentes motivos (que incluyen las fuentes antiguas), y sigue prefiriendo ubicar Baecula en el triángulo de Bailén-Linares-La Carolina.

[nota 5]​ Posteriormente, la misma autora volvería a negar la posibilidad que la batalla sucediera en el actual Santo Tomé.

[78]​ Los jinetes africanos volvieron a su campamento y los vélites se aproximaron mucho al recinto.

[80]​ El lugar del enfrentamiento fue elegido por Asdrúbal,[81]​ quien tenía un río en retaguardia[82]​[83]​ y su campamento construido sobre la cresta de una colina[83]​ que formaba una amplia meseta,[84]​ al frente estaban las llanuras donde desplegar sus fuerzas,[83]​ las laderas de ambos lados eran muy escarpadas pero un tramo bajo la cresta había una planicie ligeramente inclinada, luego volvía a haber una ladera escarpada.

[82]​ Escipión preparó sus vélites y una tropa de infantería al pie de la colina y les ordenó cargar hacia la cresta,[85]​ cabalgando entre soldados señalando al enemigo diciendo que este había abandonado toda esperanza de victoria en la planicie y buscaba refugio en las alturas,[86]​ pero que ellos ya habían conquistado Cartago Nova sin que los muros, la colina ni el mar pudieran detenerlos.

[87]​ Finalmente, anunció que de nada servirían esos acantilados para los africanos salvo para obligarlos a saltarlos cuando las legiones tomaran la posición.

[97]​ Los púnicos intentaron girar sus alas para enfrentar el flanqueo pero, ante los gritos que provenían de todas partes, sólo se desordenaron.

[99]​ Los cartagineses intentaron retroceder para evitar que los flancos romanos pudieron rodearlos y atacarlos por la retaguardia, pero al intentarlo su frente simplemente se rompió y el centro romano cargo con todo para conquistar la primera meseta,[100]​ algo que jamás hubiera ocurrido si la línea cartaginesa hubiera aguantado con los elefantes en la línea de combate.

Muy tarde para impedir la derrota de Asdrúbal Barca, los tres generales púnicos se reunieron para acordar la nueva estrategia.

[126]​ Dion Casio insinúa que el Sufete le había encargado esa misión desde antes de la batalla.

Primero, la agresividad de Escipión, quien buscó dar batalla antes que sus enemigos unieran fuerzas y lo rodearan.

[1]​ Segundo, por qué no persiguió a los vencidos después del combate, para hacerlo debía entrar en planicies donde la superior caballería cartaginesa tendría la ventaja si se encontraba con los otros generales.

[4]​ No podían hacerlo mientras las legiones estuvieran en Baecula, pues el terreno montañoso sólo permitiría un combate de infantería donde los legionarios tendrían toda la ventaja.

[4]​ Polibio indica que la rivalidad entre Asdrúbal Barca y los otros generales impidió toda acción conjunta,[132]​ pero seguramente se debió a las deserciones entre los íberos.

Asdrúbal Barca se vio obligado a dar batalla porque su ejército estaba sufriendo tantas que pronto no podría ser operativo.

[131]​ Acorde al historiador británico Greg Fisher, en Baecula e Ilipa Escipión introdujo exitosamente el uso del engaño y las maniobras de envolvimiento en las tácticas romanas.

Para realizar dichos cambios, Escipión también fue pionero en constituir un ejército fuertemente leal a su general, bien entrenado y equipado, capaces de movimientos elásticos por los flancos antes considerados imposibles.

El ataque frontal dejó de ser la principal táctica y se convirtió en una maniobra para fijar a las fuerzas enemigas, mientras las mejores unidades atacaban por los flancos para envolver.

Mapa de la guerra en la península hasta la derrota y muerte de los dos Escipiones en 211 a. C..
Mapa ilustrativo de las campañas hispánicas de Escipión.