Este acto sin precedentes dio origen a los festivales aéreos que se celebraron los años siguientes, con el interregno de la Primera Guerra Mundial.
Para ello, el ayuntamiento de Granada donó los terrenos en los que se celebraban los festivales aéreos.
Dedicado nuevamente a operaciones exclusivamente militares durante la Guerra Civil Española, el aeródromo volvió a abrirse definitivamente en 1946 al tráfico civil, nacional completo, internacional de turismo y escalas técnicas comerciales.
En 1980 se inicia una nueva etapa con la creación del Ala 78, dedicada a formar a pilotos de helicóptero, función que anteriormente se realizaba en la Base Aérea de Cuatro Vientos y que continúa en Armilla en la actualidad.
En 2004 se crea en la base la Patrulla ASPA, versión en helicópteros de la Patrulla Águila, que tiene como función mostrar el potencial de los helicópteros del Ejército del Aire.