Barrio de la Estación (Guadalajara)

Checa asumió desde una perspectiva técnica las modernas orientaciones que se estaban aplicando en las ciudades estadounidenses y en los ensanches realizados en Madrid y en Barcelona.

Las dificultades para otorgar las adecuadas condiciones de salubridad a todas las futuras viviendas obligaba a variar el tamaño de las calzadas, adoptando el criterio seguido en Nueva York de dar a cada orientación un ancho distinto.

Dejó abierta la solución para la conexión entre el nuevo barrio y la ciudad, aunque una de sus propuestas no fue materializada hasta 1922 cuando se amplió la calzada del puente del Henares.

Los terrenos propuestos por el arquitecto municipal para desarrollar el barrio de la Estación coincidían en su mayor parte con una huerta propiedad del Conde de Romanones.

Pero, como ha ocurrido con otras muchas planificaciones, los trabajos para la dotación de los servicios urbanos que posibilitan el normal desarrollo de la vida cotidiana iban a un ritmo menor que el deseado por sus ocupantes, cuando no estaban paralizados.