Fuencarral

[cita requerida] Como nombre reconocido, “Fuencarral” es ya señalado en 1579, en época del rey Felipe II.

A principios del siglo XX, todavía existía esta fuente a la que se conocía con el nombre de “Fuente del Concejo” y estaba en el camino viejo de Alcobendas.

[cita requerida] Como de costumbre las narraciones y comentarios históricos trasmitidos de forma más o menos oral aportan diferentes versiones, entre las cuales se encuentra otra versión[aclaración requerida] que reconoce también por origen el nombre de una fuente llamada del Real, de la que se surtían los Reyes, que con frecuencia pasaban y aun pernoctaban en este lugar, no pudiéndose precisar en la actualidad cual sería aquella fuente.

Aunque en todo el curso de aquella cruel guerra no llegó el momento para que Mosén, Juan de Ruella realizase la hazaña que tan cara costó a los fuencarraleros, unos pagaron con su vida, otros con su libertad y todos con su hacienda y casas incendiadas.

Sabemos también que a sus cultivos de granos: trigo, cebada y centeno, se añaden otros nuevos como la avena, las leguminosas (guisantes, garbanzos, algarrobas) y con gran éxito los nabos y la vid, cuya calidad alaba Ponz en una de sus cartas: “…las viñas de Fuencarral y Alcobendas, famosas por el exquisito vino moscatel que de sus uvas se hace, comparable a los mejores licores que conocemos.

Se conoce todo esto porque hay diferentes cartas, una de un hidalgo del pueblo, al que para bien o para mal apodaban “Ricote”, que declara que ya desde 1720 más o menos su familia detenta la exclusiva de venta con Madrid de forma hereditaria, apoyado además por los alcaldes.

Es este último quien, en 1750, intenta que se imponga el libre trato, aunque en un primero momento, por presión del escribano y del Ayuntamiento se ve obligado a admitir dicho monopolio, pero luego consigue el libre trato con El Pardo, Chamartín y otros pueblos inmediatos.

[cita requerida] Más tarde consigue que todos puedan vender huevos, nabos, verduras,… pero no lo autorizó de forma totalitaria, sino que sólo fuesen doce vecinos a Madrid con frutas y además legisló el número de jumentos que debían cargar; los condicionó a elaborar un memorial del asunto y presentarlo en el Ayuntamiento.

Pero como todos estos datos e informaciones se recogen de una carta a un abogado que hace el tal “Ricote”, no se puede saber en que acabó todo ello, pues no existe respuesta.

[cita requerida] La actividad de transportar y vender huevos y otros productos (como nabos o higos), continuó siendo una característica de las "fuencarraleras" hasta mediados del siglo XX: "Eran mujeres trabajadoras, sufridas, que todas las mañanas se levantaban para ir a Madrid y volver en el día" (11 kilómetros por la carretera de Francia, hoy calle Bravo Murillo).

[cita requerida] Con toda esta expansión económica se produce una igual expansión demográfica, sobre todo constatada entre los años 1820 y 1830 con 1.890 habitantes según Madoz en el año 1847; que pasa en 1897 a 2.854, lo cual provoca de inmediato una falta de viviendas.

En algunos, aunque pocas, se ven obligadas a usar las mismas dependencias animales y personas”.

[cita requerida] En 1891, en vista de que todos los proyectos quedaban en negociaciones se mejora la fuente del “Saceral”, con dos caños, pues solo tenía uno, una plazoleta y las balsas de agua sobrante, se utiliza como lavadero.

Es Cantó, quien nos describe esta fuente "rodeada de frondosas alamedas, y cuyas aguas son muy apreciadas aquí”.

Casa Grande de Fuencarral, en el distrito de Fuencarral de Madrid. Se trata de un edificio típico del siglo XVII , que constituía una unidad de producción agrícola autosuficiente, representativa del poder económico de la familia propietaria.