Estos grupos aún están presentes en Europa bajo distintos nombres (ultras en España, tiffosi en Italia).
Evolución y actualidad Si bien el hooliganismo sigue latente, las últimas décadas han visto un cambio en las formas de la violencia en el fútbol.
Lucha por la erradicación Erradicar la violencia del fútbol es un desafío global que requiere un esfuerzo conjunto de autoridades, clubes, jugadores y aficionados.
[5] En México el fútbol adquirió una identidad única, pues se mezcló con un sentimiento regionalista, que es donde nacerían las más grandes rivalidades dentro del deporte de ese país.
[6] Pese a esto, la cultura de apoyo se encuentra vigente desde la existencia del fútbol americano colegial en la década de los 50, donde se recurrieron a las célebres "porras", un ejemplo claro es el llamado Clásico universitario, rivalidad entre las dos máximas casas de estudio, el Instituto Politécnico Nacional (I.P.N) y la Universidad Nacional Autónoma de México (U.N.A.M), en estos partidos se reunían los estudiantes y apasionados al deporte, que vestían los colores de su institución, entonando el "Huélum", vistiendo guinda y blanco los del "Poli", mientras los de la UNAM, entonando el Goya, vistiendo azul marino y dorado se suman a la porra, composición rítmica a veces poética, dedicada a mostrar respaldo a los conjuntos amados, así como para apaciguar el apoyo del contrario o "rival".
[7] Las porras serían cubiertas en diferentes películas de la época, destacando Tirando a Gol, donde Lola Beltrán y David Reynoso interpretan a miembros de las porras del Club Guadalajara y el Club América respectivamente, que tienen una relación singular pues se aman pese al odio que irradian sus equipos, especialmente cuando sus hijos juegan en los equipos contrarios.
[8] Durante mucho tiempo en México, el apoyo solo se limitaba a animar a los equipos y hubo episodios aislados de violencia e incluso un evento trágico relacionado con el sobrecupo en una final entre el Club América y Club Universidad Nacional en 1985, que no tuvo que ver con la violencia de los aficionados.
En el ámbito futbolístico, estaban presentes el típico "Chiquitibum" y la "Ola", característico de los mexicanos como uso deportivo.
[13] La intención original buscaba brindar apoyo durante la primera mitad del juego, esto por medio cantos y de forma pacífica.
[15] Al inicio, las barras en el país fueron conocidas por un comportamiento más hermético y relativamente pasivo.
En México los barra brava, en algunos casos, se han caracterizado por estar vinculados más bien a pandillas, el uso frecuente de drogas o delincuentes comunes.
Quizás el incidente más demarcado es la pelea que tuvo lugar entre la "Barra 51", organización leal al Atlas de Guadalajara, y la "Resistencia Albiazul" del Querétaro durante un partido de jornada regular del Torneo Bicentenario 2010.
[19] [20] [21] [22] Esto generó una rivalidad entre ambos equipos que los ha llevado a tener varias confrontaciones cada vez que los dos clubes se enfrentan en partidos de la Liga MX, y terminó desembocando en una pelea masiva en el Estadio La Corregidora, el 5 de marzo del 2022.
[25] En 2011, se registró una balacera a las afueras del Territorio Santos Modelo, inmueble del equipo de Santos Laguna, mientras se disputaba un partido de temporada regular ante Monarcas Morelia, por lo que inmediatamente el Arbitraje suspendió el partido y se les permitió a los aficionados ingresar a la cancha para cubrirse por posibles "balas perdidas".