Banco Central del Ecuador

Desde su nacimiento, y hasta 2000, fue el banco nacional emisor de la moneda ecuatoriana conocida como sucre.La crisis del país, causada por la inconvertibilidad del billete, las emisiones sin respaldo, la inflación, la especulación, el abuso del crédito, el desnivel de la balanza de pagos, la falta de control oficial sobre los bancos y la anarquía y rivalidad bancaria, debía enfrentarse saneando la moneda y regularizando el cambio.Otros factores, principalmente externos como el fin de la Primera Guerra Mundial, la etapa de depresión estadounidense, el proceso inflacionario y deflacionario que trajo consigo la primera Guerra mundial produjeron en el país una crisis económica muy compleja, la crisis del cacao se había acentuado, hubo poca demanda internacional del producto y por si fuera poco, varias plagas infestaron los sembríos cacaoteros.Estabilizar y unificar la moneda fueron los objetivos iniciales del nuevo organismo.A partir de entonces, la tradicional política de gasto deficitario y crédito (ahora del propio Banco Central) que ya habían financiado la economía ecuatoriana entre 1915 y 1925, recuperó su vigencia.La inestabilidad de precios impulsada por el gasto fiscal y la política monetaria expansiva obligó a recurrir a otro consultor, Manuel Gómez Morín, para reformar la Ley del Banco Central y la normativa monetaria relacionada.No obstante, a partir de entonces las relaciones entre el Gobierno y la banca se vieron profundamente modificadas.De esta manera se consagraban nuevos conceptos: un Directorio del Banco Central del Ecuador en el que participaba el Gobierno (lo que implicaba su corresponsabilidad en el diseño de la política monetaria); la potestad de devaluar la moneda; además, para ejecutar políticas anticíclicas, el Instituto Emisor fue autorizado a conferir préstamos al Estado y al sector productivo; y finalmente, un sistema contable que permitía asumir las nuevas funciones.Por más de tres décadas este régimen monetario enfrentó con éxito innumerables perturbaciones.Con este poderoso instrumento de política, ha sido posible controlar una inflación inédita en la historia monetaria.