Bagoas (cortesano de Alejandro)

En cualquier caso está constatado que, despojado de familia y libertad, fue convertido en esclavo como tantos otros eunucos.

Sin embargo no está claro este punto, puesto que mientras Ptolomeo (367-283 a. C.) o Plutarco (46-120) defienden esta versión, el historiador romano Quinto Curcio (siglo I) defiende la inocencia de Orxines y el malintencionado uso que Bagoas hizo del afecto de Alejandro.

Los eunucos cumplían su función cortesana a la perfección, ya que su ausencia de virilidad les impedía relacionarse con mujeres o fecundarlas.

Un eunuco de especial belleza, como la que probablemente poseyó Bagoas, unida a su gran habilidad para la danza, se convertía en una propiedad muy valiosa en la antigua Persia.

No desarrolló sin embargo ninguna carrera política, como hicieron otros eunucos en tiempos anteriores del imperio persa.

Su único poder se limitaba a recibir peticiones de favores dirigidas al rey, que formuladas por el eunuco eran frecuentemente atendidas.

Este favoritismo despertó las lógicas envidias, al punto que llegó a decirse que «En Persia antes gobernaba un eunuco y ahora gobierna otro», en referencia a Bagoas, otro eunuco, gran visir y gobernante del imperio en tiempos de Artajerjes III Oco (358 a. C.-338 a. C.).

Mary Renault ha demostrado que las opiniones de Quinto Curcio están distorsionadas por su ignorancia y sus prejuicios.

Alejandro Magno acercándose a Darío en la batalla de Issos , segunda derrota sufrida por los persas frente al ejército macedonio .