Fue hijo del también ingeniero Augusto Tamayo Chocano y de Guillermina Möller Sojo Vallejo.
Desde 1910 se dedicó a establecer una comunicación radiotelegráfica directa entre Lima e Iquitos, esta última, centro de la hoya amazónica peruana.
Pero particularmente fue un técnico entregado a la construcción y conducción del sistema radiotelegráfico en el Perú.
Posteriormente, la radiotelegrafía fue entregada a una empresa extranjera y las instalaciones que erigiera Tamayo fueron desmanteladas.
Numerosos homenajes se le han rendido tanto en la palabra de Francisco Alayza Paz Soldán, José Balta, Jorge Vargas Escalante, Santos Hinostroza, César Miró, etc., así como en actos llevados a cabo por la Asociación de Telegrafistas del Estado.
Una calle del distrito de San Isidro lleva su nombre, donde hay un pequeño recordatorio en piedra a su obra fundamental: la comunicación Inalámbrica Lima-Iquitos, que puso por primera vez a esta en conexión directa e inmediata con la capital del Perú.