Se destaca por ser el único cardenal de la iglesia católica detenido por los alemanes durante toda la guerra.
En este mismo periodo, respalda y fortalece el trabajo pastoral de Acción Católica.
Usó todas sus influencias para que la situación fuera conocida de primera mano por las potencias occidentales.
Luego, la Gestapo lo arresta y lo pone en confinamiento, trasladandolo de inmediato a Paris.
Aun así, la jerarquía nazi difundió bulos difamatorios contra el primado Hlond para minar la moral polaca sin éxito.
Al regresar, encuentra a la iglesia en Polonia completamente devastada tanto en su estructura como en sus templos.
Existen diferentes controversias sobre el rol de August Hlond en la Segunda Guerra Mundial.
En esta reorganización tanto territorial como eclesiástica, varios obispos alemanes étnicos fueron expulsados: Carl Maria Splett y Maximilian Kaller fueron los prelados más destacados.
Es cierto que los judíos cometen fraude, practican la usura y se dedican a la prostitución.
Hay un sentido de familia saludable y edificante en muchos hogares judíos.
[2]Todos estos argumentos han sido usados a favor o en contra del cardenal Hlond.