Sin embargo, este consejo nunca tuvo un poder efectivo real o significativo durante la contienda.
Al final, el propio Zar Nicolás II lo postularía a la santa sede para la sede arzobispal de Varsovia, la cual obtiene en 1913, reemplazando a su predecesor, el Arzobispo Popiel, fallecido el año anterior[1] En un comienzo, el arzobispo Kakowski tuvo siempre una actitud muy cercana a los rusos, sin embargo esta posición comenzaría a cambiar con el ascenso de la revolución rusa y la caída de la monarquía zarista, lo cual desemboca en el acercamiento de las principales autoridades polacas a Alemania, especialmente después de que esta se convirtiera en la principal potencia ocupante.
[2] Durante su labor como arzobispo y primado del reino de Polonia (pues conservo su título hasta su muerte) fortaleció la prensa católica, reorganizó la arquidiócesis de Varsovia y convocó el primer sínodo del episcopado polaco en Częstochowa.
Así mismo se encargó de patrocinar varias organizaciones como Acción Católica y Caritas.
Esto le granjeó una enorme popularidad, misma que sería reconocida cuando es condecorado con la Orden del Águila Blanca en 1925 por el gobierno de Pilsudski.