Durante el Primer Imperio Mexicano pasó a ser el Poder Judicial en la división de poderes.
Desde allí gobernó con el título de Capitán General y Justicia Mayor.
Al norte, los territorios dependieron de la expansión del dominio español.
Al frente de la Real Audiencia se hallaba un presidente.
Los primeros fueron Nuño Beltrán de Guzmán y Sebastián Ramírez Fuenleal.
Asimismo había oficiales menores, como chanciller, relator, fiscales, tesorero, alguacil mayor, intérpretes (de lenguas indígenas) y portero.
Los oidores eran nombrados por el rey, previa consulta al Consejo de Indias.
[2] Como norma general, los oidores no podían ser naturales del reino en el que se hallaban, y en Indias tampoco podían tener tratos y contratos (desde 1549) ni contraer matrimonio en su jurisdicción (desde 1575).
Los oidores podían pedir licencias para contraer matrimonio, por lo común con mujeres de la oligarquía local, y a mediados del siglo XVIII en su mayoría eran "criollos", esto es españoles nacidos en la Nueva España.