De los heridos, dos estaban en estado crítico después del ataque.
[5] El atacante fue muerto a tiros por varios de los soldados y su guía civil.
[14] Jerusalén amaneció blindada luego del ataque, y la policía israelí detuvo en un operativo a nueve personas, incluyendo a los miembros de la familia del atacante.
Se reportó que por la noche palestinos lanzaron fuegos artificiales y piedras contra un puesto de policía, pero no hubo daños ni heridos.
Esta práctica, ilegal según las leyes internacionales, fue duramente criticada por los defensores de los derechos humanos.