La Guarnición española del puerto logra poner fin al sitio impuesto por los independentistas.
La tropa veterana y las milicias cívicas pudieron repeler con éxito la agresión gracias al auxilio recibido de los buques de guerra y mercantes anclados en el puerto.
Veracruz perdió toda comunicación con la Ciudad de México; nada se sabía, tampoco, de la situación de las provincias del interior dado que los caminos estaban controlados por los rebeldes y la correspondencia pública y privada estaba detenida.
La autoridad real se circunscribía al recinto de la ciudad y a las cabeceras de Tuxpan (Veracruz), en el norte, y a Acayucan, en el sur.
Ello explica la organización, en el puerto, de la resistencia más fuerte y prolongada contra los independentistas mexicanos.