Los insurgentes comandados por el general Nicolás Bravo derrotaron a las fuerzas realistas del coronel Ignacio Mora.
[1] Sin embargo, las tropas realistas veían la permanencia del insurgente Bravo como una constante amenaza.
El gobierno virreinal optó entonces por enviar al Batallón de Lovera comandado por el coronel Márquez Donayo, que estableció de nueva cuenta el sitio con más hombres e impidió comunicación alguna con los insurgentes del exterior.
Benedicto López logró salir del cerro e intentó llevar provisiones a los insurgentes, sin embargo el 29 de noviembre fue hecho prisionero y después fusilado.
Nicolás Bravo, Ramón López Rayón e Ignacio López Rayón lograron escapar y reunirse en Huetamo con los insurgentes que no habían sido tomados prisioneros para organizar de nueva cuenta las tropas.