Asedio de Peñíscola

Finalizadas las guerras occitanas, que duraron desde su comienzo casi veinte años, se iniciaron las rebeliones nobiliarias.

Aunque algunas naves colaboraron en el intento, los nobles aragoneses le dieron la espalda y fracasó.

Cuando acabarse los víveres que habían llegado de Teruel, levantó el asedio.

Su muerte a manos del rey fue la causa que inició tercera revuelta nobiliaria contra Jaime I de Aragón, que no tomaría la ciudad hasta 1233.

Los demás escritores son posteriores Miret (1918: 56-57) y Ferran Soldevila (2007: 89, nota 256).