Luego participó en la guerra que estalló en la campaña romana con Vitelli, encargado por el Papa de destruir sus posesiones.
Inmediatamente obtuvo 7.000 y dos hipotecas sobre terrenos de la ciudad para el resto, pero a los dos meses fue sustituido por el marqués Giambattista Castaldo.
Durante los enfrentamientos, formó parte del jurado en el juicio contra Fabrizio Maramaldo, quien fue absuelto.
Poco después[5] participó en la batalla naval de Capo d'Orso, en la que los sitiadores destruyeron la flota napolitana y mataron al virrey.
[3] Luego de lo ocurrido, se convirtió en la figura más destacada del emperador en Roma.
[3][7] Las buenas relaciones continuaron bajo el brevísimo pontificado de Marcelo II, pero con Paulo IV se reanudó el conflicto.