Aunque nació en Moulins, desde niño vivió en París, incluso algunas fuentes citan erróneamente la capital gala como su lugar de origen.
Allí conoció a Paul Cézanne y Camille Pissarro, con quienes mantuvo una larga amistad.
[1] Su afición por el arte le absorbía cada vez más tiempo, lo cual desagradaba a su familia, por lo que Guillaumin optó por emanciparse de ellos y proseguir su formación como pintor.
Ambos jóvenes pintores compartieron un viejo estudio que había ocupado Charles-François Daubigny y contaron con el apoyo del doctor Paul Gachet, quien luego sería amigo de Van Gogh.
[3] Se hizo amigo de Paul Gauguin, quien le presentó a varios artistas jóvenes como Odilon Redon.
Se cuenta que Gauguin intrigó para atraerse la amistad de Guillaumin y distanciarle de otros artistas, pero Gauguin marchó al extranjero hacia 1885, y Guillaumin se quedó casi solo.
[5] A principios del siglo XX, Armand Guillaumin orientó su obra hacia un estilo más sobrio, una paleta más viva, casi violenta, que, a partir de 1901, entusiasmó al joven Othon Friesz, que se declaró deslumbrado por los tonos morados, ocres y violetas de sus cuadros.
En 1904 viajó a Holanda y realizó al menos dos grabados de paisajes del lugar.