Esta estancia infantil explicaría, según Gracia, el sesgo “ruralista” de su ideología, tan destacado por ciertos autores.En esa localidad realizó sus estudios primarios, volviendo a su villa natal para cursar el bachillerato en el recién creado Instituto Vizcaíno de segunda enseñanza.[1] Tras la Revolución de 1868, escribió un opúsculo titulado Jaungoicoa eta foruac: la causa vascongada ante la revolución española, en el que reivindicaba los fueros vascongados y la Unidad católica de España atacada por la legislación anticlerical del Sexenio Democrático.[4] Artiñano llegaría a afirmar en su obra: «Jaungoicoa eta Foruac; antes Dios que los fueros, siempre unidos, jamás en discordancia o separados».A las órdenes del financiero Pedro Sotolongo, intervino en Barcelona en todos los grandes negocios realizados por el Banco Hispano Colonial.