Antonio de Pereda

Para Crescenzi pintó la primera obra mencionada por Palomino, con la que comenzó a ganar opinión y «despertó muchas envidias», una Inmaculada Concepción que fue enviada a un hermano de su protector, cardenal en Roma.

Un año después, 1635, contrajo matrimonio y entregó el Agila con destino a la incompleta serie de los reyes godos encargada a distintos pintores para el mismo palacio.

Obra importante por cuanto muestra, en su amplitud espacial y en la dinámica composición del lienzo que preside la fingida arquitectura gótica en que tiene lugar la escena, el intento de acercarse a la corrientes más avanzadas del barroco, tal como se encuentra también en la Curación de Tobías (Bowes Museum, Barnard Castle), ordenada en profundidad y con un nuevo sentido de la luz.

Con sesenta y dos años, en 1673, enviudó, concertando inmediatamente nuevo casamiento con una dama también viuda, doña Mariana Pérez de Bustamante, que «preciábase de muy gran señora (y lo era) y visitábase con algunas de clase y que tenían dueña en la antesala», según cuenta Palomino, quien añade que Pereda, para no privarle de la dueña, le pintó una en la antesala que a algunos engañaba, pareciéndoles real.

No obstante, y siempre según Palomino, no sabía ni escribir ni leer, «cosa indigna y más en hombre de esta clase», por lo que para firmar los discípulos le escribían la firma en un papel y él la copiaba, además de leerle los libros de su abundante biblioteca.

Un joven caballero, lujosamente vestido, se duerme apoyado en el brazo del sillón.

[1]​ Entre ellas, un reloj dorado que recuerda el paso inexorable del tiempo.

Alegoría de la vanidad , óleo sobre lienzo, 140 x 174 cm. Viena , Kunsthistorisches Museum . La inscripción junto a los cráneos, « nil omne », proclama que todo es nada .
El socorro de Génova por el II marqués de Santa Cruz , 1634. Madrid, Museo del Prado , óleo sobre lienzo (290 x 370 cm.). Pintado para la serie de batallas del Salón de Reinos en el nuevo palacio del Buen Retiro .
Naturaleza muerta con vegetales y enseres de cocina (1651), de Antonio de Pereda. Museo Nacional Arte Antiga de Lisboa .
La Inmaculada Concepción , Museo de Bellas Artes de Lyon .
San Guillermo de Aquitania , Madrid, Real Academia de Bellas Artes de San Fernando .
El sueño del caballero , óleo sobre lienzo, 152 x 217 cm. Madrid , Real Academia de Bellas Artes de San Fernando . La tradicional atribución de la obra a Pereda fue cuestionada por Martín S. Soria , que la tuvo por obra de Carreño, opinión rechazada por Angulo Íñiguez y Pérez Sánchez, que admitían sin embargo la dificultad para encajar cronológicamente la obra en la evolución estilística de Pereda y advertían que el ángel «se despega de todo cuanto conocemos del pintor», [ 2 ] ​ para finalmente ser relacionada por el propio Pérez Sánchez con el poco conocido Francisco Palacios atendiendo a la factura suelta de la pincelada, incompatible con el modo de hacer de Antonio de Pereda. [ 3 ]