Fernández de Heredia, Antonio (Lima, Virreinato del Perú, p. s. xvii – Saña, Virreinato del Perú, XI.1665) fue un funcionario público importante de la monarquía española en el siglo XVII.
Por su educación en cánones fue escritor y en 1648 se encontraba trabajando en su libro De otio, del que se conoce una referencia del obispo quiteño Gaspar de Villarroel en su clásico ensayo titulado Govierno eclesiástico y pacífico: [2]
[1] Su paso por la Audiencia de Quito fue rápido y duró aproximadamente tres años desde 1662 hasta 1665.
Por otro lado, la Iglesia de Santo Domingo se encontraba en plena fase de construcción que terminaría dos décadas más tarde a cargo del fray Juan Mantilla en el año 1688.
Fue un presidente criollo, oriundo de otra provincia del imperio español, práctica común por el rey para evitar el conflicto de intereses que significaría gobernar un territorio donde había nacido la misma persona y probablemente tenía vastas propiedades ahí.
Por su parte Antonio Fernández no solo que logró poder político y destacó como funcionario público sino que también perteneció a la Orden de Santiago, como caballero siguiendo la regla de San Agustín.