Antonio Barberini

[1]​ En 1628, Antonio fue designado Prefecto de la Signatura Apostólica, en 1630 fue designado legado papal en Urbino y en 1633 asume como legado en Aviñón donde desarrolla estrechas relaciones y contactos con varios poderosos de la iglesia en Francia.

[1]​ Durante su permanencia en Francia se enferma y emplea a Joseph Barsalou como su médico particular.

[3]​ Sin embargo, el conflicto fue breve y ambos cardenales se reconciliaron al cabo de poco tiempo.

[6]​ Anna Colonna esposa de Taddeo Barberini, realizó un pedido apasionado en persona al Papa, como consecuencia del mismo a los Barberini se les concedió el permiso para mantener sus propiedades pero la familia permaneció en el exilio hasta 1647.

[9]​ Al fallecer Inocencio X en 1655, nuevamente Antonio Barberini juega un rol destacado en el Colegio de Cardenales y el cónclave.

Antonio y los franceses nominan a Giulio Cesare Sacchetti, pero fue vetado por los españoles.

El Colegio finalmente se puso de acuerdo para apoyar a Fabio Chigi, quien es elegido y asume como el Papa Alejandro VII.

[10]​ Para esa época cambia su estilo de vida disoluto, y se dedica a la religión involucrándose en la campaña contra el jansenismo.

[note 1]​ Cuatro años más tarde, en 1657 el Rey lo lleva a Francia y lo transfiere a la Arquidiócesis de Reims, pero fue necesario que pasara una década para que el Papa lo confirmara en dicho cargo.

Antonio Barberini en 1625.
Retrato de Antonio Barberini poco tiempo después de ser designado cardenal por su tío el Papa Urbano VIII. Simone Cantarini c. 1630.