Era un prelado ordinariamente revestido de la púrpura romana, que parecía representar a aquel antiguo procapellán o canciller que tenía tantos derechos y poderes en la corte de los reyes.
El Padre Lelong, en su Biblioteca histórica indica las historias de los limosneros mayores.
La disputa se decidió en favor del limosnero mayor.
Ocurrió la misma dificultad en 1825, entre el limosnero mayor y el Ilmo.
El limosnero mayor prestaba juramento de fidelidad en manos del rey, y era por derecho comendador de la orden del Espíritu Santo; expedía los certificados de los juramentos de los arzobispos y obispos; iba a la derecha del rey en las procesiones; estaba encargado del indulto de los criminales en el feliz advenimiento del rey a la corona, en su matrimonio y en algunas otras circunstancias; disponía de los fondos destinados para las limosnas que hacía el rey; venía a palacio cuando le parecía, por ejemplo al levantarse y acostarse el rey, para hacer el servicio eclesiástico, bautizaba a sus hijos y desposaba y casaba en su presencia a los príncipes y princesas.