La inquisición permaneció en él hasta 1834, cuando tras su supresión, todos sus bienes pasaron al Estado.
El edificio es ocupado por diversos organismos públicos; instalándose, entre otros, en este siglo; la Delegación de Hacienda y Telégrafos, el Gobierno Civil y, temporalmente la Diputación Provincial e incluso un cuartel de la Guardia Civil.
A esta le han sucedido posteriormente otras obras de acondicionamiento y en los últimos años importantes estudios arqueológicos.
Exteriormente destaca la sobriedad de las fachadas, construidas en su parte inferior en piedra con ventanas enrejadas (que daban originalmente cierta iluminación a los sótanos del edificio) y la superior con ladrillo, con ventanas y balcones enmarcados en piedra.
La portada finaliza en un frontón triangular coronado por tres florones de piedra.
Los cuatro espacios abovedados unidos entre sí están levantados sobre la roca madre.