Anti-Dühring

Anti-Dühring (en alemán: Herr Eugen Dührings Umwälzung der Wissenschaft, "La revolución de la ciencia del Sr. Eugen Dühring) es un libro de Friedrich Engels, publicado por primera vez en Alemania, en 1878, aunque anteriormente se había publicado por entregas en el periódico Vorwärts.

Su título completo se traduce como La revolución de la ciencia del Sr. Eugen Dühring, con intención sarcástica.

El texto se divide en las siguientes secciones: "Filosofía", "Economía política" y "Socialismo".

Marx escribió a Wilhelm Liebknecht en 1877 que: “Engels está ocupado en el trabajo sobre Dühring.

Mostró cierto interés por los descubrimientos científicos más recientes de su tiempo en biología, física y química, citando en particular a Charles Darwin, cuya teoría de la evolución estaba casada con la filosofía del materialismo dialéctico.

Incluso en las ciencias exactas y, a fortiori, en las ciencias humanas, debemos desconfiar de nuestro conocimiento porque "nos encontramos aún bastante al comienzo de la historia humana, y las generaciones que nos corregirán serán probablemente mucho más numerosas que aquellas cuyo conocimiento corregimos nosotros, con bastante desprecio a menudo".

La soberanía del pensamiento se realiza así en una serie de hombres cuyo pensamiento es muy poco soberano, y esta contradicción dialéctica se resuelve en la sucesión infinita de las generaciones humanas.

Debido a que, en una determinada etapa del desarrollo económico, la propiedad privada de los bienes muebles ha suplantado a la propiedad colectiva primitiva, el mandamiento "No robarás" se ha impuesto en la moral.

[...] Así, pues, la idea de igualdad, tanto en su forma burguesa cuanto en su forma proletaria, es ella misma un producto histórico, para cuya producción fueron necesarias determinadas situaciones históricas que suponían a su vez una dilatada prehistoria.

Los hombres primigenios eran tan poco libres como los animales porque su voluntad era impotente para controlar la naturaleza.

Napoleón declaró que si dos mamelucos eran absolutamente superiores a tres franceses, la proporción se invertía para las unidades grandes y que 1.000 franceses seguían derrocando a 1.500 mamelucos.

El grano es "negado" por la planta que emerge de él, y luego esta última es "negada" a su vez por la espiga que resulta de ella, trayendo nuevas semillas, pero sin volver a la situación anterior ya que ahora tenemos varias semillas en lugar de una.

Basta entonces derrocar al déspota para establecer una nueva igualdad, sobre una base más avanzada, la del contrato social.

Lo que estas diversas leyes dialécticas tienen en común es que no miran las cosas y las relaciones estáticamente, como lo hacen Dühring y los metafísicos, sino dinámicamente, en su movimiento recíproco, en su desarrollo histórico.

Engels observa que"La idea de que lo decisivo en la historia son las acciones políticas del poder y del Estado es tan vieja como la historiografía misma, y es también la causa principal de que se haya conservado tan poco acerca del desarrollo de los pueblos, el movimiento silencioso y realmente impulsor que procede como trasfondo de esas sonoras escenas.

Esta idea ha dominado toda la historiografía del pasado, y no ha recibido un primer golpe hasta los historiadores burgueses franceses de la Restauración; lo único "peculiar" es que tampoco de esto sepa nada el señor Dühring".Sin embargo, la violencia misma está subordinada a las condiciones materiales.

Los dos gobiernos más fuertes que han existido nunca, el gobierno revolucionario norteamericano y la Convención francesa, se atrevieron a fijar precios máximos, y fracasaron miserablemente".

Es muy normal que frente al investigador económico más genial y original, la mediocridad pedantemente hinchada no sepa sino gruñir su disgusto y su escándalo porque los luminosos chispazos teoréticos no se presentan orgullosamente en fila como "axiomas" ya listos, sino que surgen dispersamente por la profundización en "groseros" materiales prácticos, como los impuestos".

Esa separación aniquiló la base del desarrollo espiritual de los unos y del desarrollo físico de los otros [...] Al dividirse el trabajo se escinde también el hombre.

Todas las demás capacidades físicas y espirituales se sacrifican al perfeccionamiento de una sola actividad".

Ahora bien, sería muy posible, en una sociedad organizada de acuerdo con un plan racional, permitir que cada uno realizara diferentes tareas y distribuir las fábricas en el campo de tal manera que las mismas personas se dedicaran a trabajar la tierra y al trabajo industrial.

[...] Por otra parte, al admitir como pago dinero sin más, la comuna deja abierta la posibilidad de que ese dinero se haya conseguido de un modo que no sea el del propio trabajo.

Es la calidad misma de las mercancías lo que los productos del trabajo perderán bajo el socialismo.

En la sociedad capitalista, la base efectiva de la religión permanece, ya que los hombres están dominados por las relaciones económicas creadas por ellos mismos.

Engels defiende el uso de las lenguas vivas y muertas como medio para superar la estrechez nacional.

Engels defiende lo que se denominó como el "materialismo dialéctico", según el cual "la real unidad del mundo estriba en su materialidad", y esta queda probada por la filosofía y de la ciencia de la naturaleza.

Ejemplos típicos de ideologías que la burguesía usa para controlar al pueblo son para Engels la moral; "y el recurso moral primero y más importante con que se podía influenciar a las masas seguía siendo la religión".

[10]​ La postura ética de Engels es un relativismo cultural moral metaético y un pragmatismo normativo.

Para Engels, la historia es principalmente una obra humana pero "los móviles reales y efectivos de los hombres que actúan en la historia no son, ni mucho menos, las últimas causas de los acontecimientos históricos".

La conexión entre la libertad del individuo y la regularidad de los procesos históricos solo puede entenderse dialécticamente.

Primer artículo del Anti-Dühring en Vorwärts (3 de enero de 1877).
Sello de Alemania Oriental emitido con motivo del 150º del nacimiento de Engels. Detrás la portada del Anti-Dühring .