Pronto consiguió primeros papeles femeninos, contando para su adiestramiento con los servicios de Sylvia of Hollywood.
Sus actuaciones fueron elogiadas a menudo por la crítica, que citaban su dicción y experiencia teatral como ventajas de cara al entonces nuevo medio del cine sonoro.
Entre las películas de su mejor época se incluyen El reino animal, Peter Ibbetson, When Ladies Meet, The Flame Within, y Biography of a Bachelor Girl.
Harding, sin embargo, finalmente quedó encasillada en la interpretación de jóvenes inocentes y sacrificadas.
De todos modos, volvió en 1942 para rodar Eyes in the Night y hacer papeles secundarios en otras producciones.
Sus restos fueron incinerados y las cenizas depositadas en el Cementerio Forest Lawn Memorial Park de Hollywood Hills, Los Ángeles.