Era, también, sobrina del cardenal Rodrigo de Borja (el futuro papa Alejandro VI).
Según, así lo menciona, el sacerdote e historiador español Miquel Batllori i Munné, en su obra La Familia de Los Borjas.
Encontrándose en Ferrara, al servicio de Lucrecia, atrajo poderosamente la atención del cardenal Hipólito y del ilegítimo Giulio, hermanos de Alfonso I d'Este, quienes ya se encontraban distanciados por antiguas desavenencias y continuados, mutuos, rencores.
Desde aquel instante empezó a tramar la muerte de Hipólito y para lograrlo, en su tentativa aunó sus esfuerzos a los de otro hermano, Fernando, el cual ambicionaba eliminar al duque para tomar su lugar.
Había cumplido los 81 años, de los cuales cincuenta y tres permaneció cautivo.
La boda se celebró en Ferrara con bailes y comedias coincidiendo con el carnaval.