En 1892, este fue nombrado representante del Perú al Noveno Congreso Internacional de Americanistas, y su hermano Ricardo y ella lo acompañaron en el viaje que realizó por España, país en el que residiría largas temporadas.[1] Mientras, bajo los seudónimos galdosianos de Araceli o Marianela, publicó en distintos medios peruanos: Prisma, El Comercio, Variedades, La Crónica hasta 1919, cuando Ricardo Palma fallece.Aprovechó su estancia en España para recorrer Europa —Francia, Inglaterra, Bélgica— y en esa época publicó, ya sin seudónimo, algunas novelas que gozaron de éxito.Su nueva estancia en España le permite viajar otra vez por Europa, especialmente por Italia.En octubre sus restos fueron trasladados a Buenos Aires y fueron sepultados provisoriamente en el histórico Cementerio de la Recoleta.En 1921 ve la luz en Lima Por senda propia que, como su padre había fallecido, Angélica firma ya sin seudónimo.Luego vinieron las novelas biográficas sobre Fernán Caballero y sobre su padre, que ella consideraba su obra cumbre.Además de narrativa, Angélica Palma publicó poesías en diversas revistas, como la española Hojas Selectas o la peruana Variedades.