Andrómeda y Perseo

Se trata de una semiópera, es decir, de una obra teatral con elevado tono moral, simbolismo y un claro mensaje político en la que la música tenía una gran importancia dramática.

Felipe IV encargó la redacción de la suelta al escenógrafo italiano para mandarla a su padre político, el emperador Fernando III.

-Uso del "recitativo teatral español" con un ritmo esquematizado musicalmente, casi siempre ternario, repetición, una tesitura más extensa, amplios contornos melódicos y un bajo más activo que en el recitativo de estilo italiano.

-Los conjuntos vocales son cantados por figuras sobrenaturales que representan las fuerzas del universo, la monarquía o la divinidad cristiana, y por mortales en situaciones realistas.

-El infierno se representa con disonancias prolongadas y acentuadas, resoluciones retrasadas e irregulares o intervalos no diatónicos.

La obra consta de loa y tres actos, que se pueden estudiar a partir de once dibujos conservados en un manuscrito que Felipe IV envía a Fernando III.

Decorado de rústicas caserías, chozas y cabañas cubiertas de nieve en donde tenía lugar un diálogo entre Palas y Mercurio, quienes hacían su aparición en un trono que descendía.

Se producía una lucha entre Palas y la Discordia, que cae en diagonal, desde la parte superior izquierda hasta ocultarse por la derecha.

La caverna, dibujada en el bastidor del foro, se abrirá posteriormente y servirá de marco a una escena repetida en la dramaturgia calderoniana como es la visión a través del sueño de un hecho real.

En este caso la visión onírica que recibirá Perseo, será la de su concepción y origen, hasta entonces desconocidas para el joven héroe.

Esta técnica es empleada en la escena del Infierno, con la disposición de las ruinas abrasadas en el foro, de manera que parecen alejarse en el horizonte real del teatro, cuyo fondo se abrió completamente para este propósito.

Palas entrega al héroe un escudo-espejo cuando la nube se encuentra a la altura del carro de la diosa, que desaparecerá atravesando el escenario.

A la derecha hay un jardín adornado con fuentes y estatuas, que se prolongan hacia el fondo convertido en un frondoso bosque.

A la izquierda se alza un palacio de arquitectura renacentista, residencia de Medusa, cuya cabeza exhibe Perseo mientras el caballo Pegaso, nacido de la sangre derramada, alza el vuelo para desaparecer por el lado opuesto del escenario.

Se desarrolla el episodio del rescate de Andrómeda, condenada a ser devorada por un cetáceo enviado por Neptuno.

Perseo desciende sobre el caballo Pegaso y empuña el escudo-espejo que le había regalado Palas con la cabeza grabada de Medusa, con cuya mirada petrificó al monstruo.

Calderón y Baccio del Bianco se convirtieron en un binomio que trabajó junto desde 1652, cuando escriben una comedia para el rey, La fiera, el rayo y la piedra.

Trabajaron juntos durante la creación y los ensayos, puesto que el escenógrafo tenía que adaptar sus invenciones y aparatos al texto y el dramaturgo debía tener en cuenta los tiempos necesarios para el movimiento de la maquinaria escénica.

Así en Andrómeda y Perseo hace visibles conceptos abstractos de la teología católica: la fe, la culpa, el albedrío, la gracia, etc. Perseo, en el auto mitológico es Cristo; Andrómeda, la naturaleza; Medusa, la culpa, etc.

Hay varias en que la música no consta en el reparto, pero interviene en el desarrollo interno de la obra de la misma manera que en aquellas donde consta.

Es al mismo tiempo revelación y preludio de eventos sobrenaturales.

Éste atormentado porque no sabe quién es él mismo, se dirige a Júpiter con estas palabras: “Dime tú, si habrá consuelo tal vez a mi duda?”.

Como Dios habla, encarnando su voz en la Música, las palabras divinas de los libros de la Biblia, así como los salmos e himnos litúrgicos se cantan siempre y el mismo Calderón los traduce al castellano para que así sean cantados en su teatro.

Los textos para ser cantados pertenecen a obras de unos treinta y dos dramaturgos cuyos nombres no figuran juntos con sus letras.

Para la obra calderoniana existen dos categorías básicas de canciones: aquellas compuestas especialmente para sus obras teatrales correspondientes, y las canciones denominadas populares, preexistentes a la obra dramática.

Las primeras se caracterizan por su breve duración, su construcción mediante frases musicales cortas y por la constante repetición de fórmulas melódicas y rítmicas; las segundas contribuyeron a la difusión de la canción popular-cortesana.

Entre la música que se ha conservado podemos encontrar las siguientes piezas: -Vive tú, vivirá todo.

Loa del inicio -Ya no les pienso pedir más lágrimas a mis ojos.

Andrómeda y Perseo , manuscrito, [ca. 1653]. MS Typ 258. Houghton Library, Harvard University , Cambridge, Mass.
Andrómeda y Perseo , manuscrito, [ca. 1653]. MS Typ 258. Houghton Library, Harvard University , Cambridge, Mass.