Juan y Ana estaban felizmente casados, a pesar de no tener hijos.
Su tumba fue diseñada por Guillaume Vluten y, de acuerdo a un historiador, se encuentra entre las efigies parisinas más importantes de la primera mitad del siglo XV.
[5] En la actualidad, sólo la estatua ha sobrevivido, y se puede encontrar en el Museo de Cluny.
Al año siguiente, Juan se volvió a casar con Jacquetta de Luxemburgo, pero se enfrentó a la oposición, por diversos motivos políticos, a esta decisión del hermano de Ana, el duque de Borgoña.
Más tarde ese año, una carta fue enviada a Enrique VI, rompiendo formalmente su alianza.